América Latina y el Caribe han sido testigos de flujos migratorios que han moldeado su historia, cultura y sociedad. Pero actualmente se han intensificado y se han convertido en una situación compleja en toda la región. Según las Naciones Unidas, en 2020, alrededor de 43 millones de personas de la región vivían fuera de sus países de origen, lo que representa el 15% de la población mundial de migrantes.
Las condiciones de vulnerabilidad en las que se encuentran muchas de estas personas y los flujos irregulares son alarmantes. La migración en la región va mucho más allá de un movimiento entre países. Se trata de un fenómeno complejo que aborda una innumerable lista de motivos por los cuales sucede, como lo son: la falta de oportunidades laborales, las crisis económicas, los desastres naturales, los efectos del cambio climático, e incluso crecimientos en los niveles de inseguridad y violencia. En algunos casos, comunidades enteras se ven obligadas a huir debido a la falta de condiciones seguras para el desarrollo de una vida plena.
Las personas migrantes a menudo se encuentran con muchos desafíos en las comunidades de destino. Las dificultades de acceso al trabajo decente, protección social, salud, educación y vivienda son preocupantes para muchas personas migrantes. Además, el tiempo de residencia en el país juega un papel importante, ya que los migrantes a menudo enfrentan obstáculos significativos para acceder a recursos necesarios durante su llegada. En respuesta a estas dificultades, los migrantes buscan alternativas para asentarse, incluyendo el arriendo informal de viviendas, muchas veces ubicados en los asentamientos populares.
Además, no solo existen barreras económicas y políticas, sino también sociales y culturales como la xenofobia, que actúa como un obstáculo significativo para la integración de los migrantes en las comunidades receptoras. Los estereotipos y prejuicios pueden dar lugar a discriminación, exclusión y, en casos extremos, a la violencia.
Romper estereotipos, promover la empatía y comprender las complejidades de la migración son pasos esenciales para construir una sociedad más inclusiva y justa.
Desde TECHO pensamos firmemente que el foco debe ponerse en la protección de la dignidad humana sin distinción alguna. Apuntando a una migración segura, ordenada y regular que cumpla con las obligaciones del derecho internacional sobre el respeto, protección y cumplimiento de los derechos de las personas migrantes.
Los derechos humanos deben estar en el centro de cualquier respuesta. Garantizar la seguridad e integridad de los migrantes es fundamental y urgente.