Margarita vive en la comunidad El Paraíso, en la ciudad de Tepecoyo en El Salvador, y vive junto a su pareja Rufino y su hija Nayeli.
Ella se dedica a realizar los cuidados del hogar, y tiene un emprendimiento donde vende fruta y verdura. Tanto Margarita como Rufino tienen problemas de salud que afectan el acceso a un trabajo, y por ello dificultan la economía del hogar. La hija Nayeli trabaja en una tienda de ropa, y con eso cubren los gastos del hogar.
Cuando se mudaron al barrio donde actualmente viven, la familia contó con la ayuda de los vecinos para construir su casa, hecha principalmente con maderas poco resistentes que se habían deteriorado. Las condiciones de la vivienda afecta al día a día de esta familia, principalmente en días de lluvia. Margarita cuenta que los temporales se convierten en pesadillas ya que se inunda el terreno y les entra agua por todas partes del techo.
Ellos cuentan que soñaban con una casa más adecuada para poder dormir más tranquilos y pasar las noches de lluvia sin preocupaciones.
Desde la construcción de la vivienda junto a TECHO El Salvador, la familia de Margarita tiene un lugar donde vivir resguardados de los temporales, y un entorno más propicio para la recuperación de la salud de la familia. Una prueba de que el acceso a una vivienda adecuada es esencial no solo por la protección física, sino también por mejorar las condiciones de bienestar y descanso.
El caso de Margarita es un recordatorio de la importancia de continuar trabajando para garantizar que todas las personas tengan acceso a un hogar seguro y digno.