Michelle es una joven estudiante que en TECHO encontró un tesoro: la empatía. En 2019, ella estaba cursando la universidad cuando un grupo de voluntarios de TECHO visitó su campus para invitar a los estudiantes a participar en la Colecta anual. Para ella, ese momento fue decisivo. Desde hacía tiempo soñaba con ser voluntaria en alguna organización, y esa invitación fue la oportunidad que había estado esperando. Sin dudarlo, decidió unirse, marcando el inicio de una etapa transformadora en su vida.
Desde aquella primera actividad, Michelle se ha mantenido constante en cada proyecto, involucrándose con entusiasmo y dedicación. Al reflexionar sobre su experiencia, reconoce que TECHO no solo ha generado un impacto visible en las comunidades donde trabaja, sino también un cambio profundo en las personas que participan. Para ella, el impacto va más allá de las construcciones; está en la capacidad de generar empatía, unidad y transformación.
En su caso, su vida dio un giro drástico. Antes de unirse a TECHO, solía observar las problemáticas de su entorno desde la distancia. Ahora, se define como una persona más sensible y empática, alguien que no solo reconoce los problemas, sino que busca activamente soluciones. «Desde entonces, trato de ayudar o buscar maneras de contribuir», dice, con una convicción que demuestra su compromiso.
Lo que más admira de TECHO es cómo fomenta el trabajo en equipo entre los vecinos, los voluntarios y la organización. Para Michelle, este esfuerzo colectivo no solo genera proyectos útiles e importantes para las comunidades, sino que también sienta las bases para beneficiar a las futuras generaciones. «El impacto que TECHO tiene en mi comunidad es crear el trabajo en equipo para lograr cambios significativos», afirma.
Si tuviera que definir a TECHO en una sola palabra, elegiría empatía. Porque, para ella, esa es la esencia de la organización: la capacidad de conectar con las necesidades de las comunidades, trabajar con ellas y construir soluciones desde la voluntad compartida.
Hoy, Michelle continúa siendo parte activa de TECHO, convencida de que el cambio comienza con pequeñas acciones colectivas. Su historia es un recordatorio de que los sueños, cuando se cruzan con oportunidades, pueden no solo transformar vidas individuales, sino también impactar comunidades enteras.