“LA REALIDAD DE LOS ASENTAMIENTOS INFORMALES DEBE SER UNA PRIORIDAD PARA LOS GOBIERNOS DE AMÉRICA LATINA”

La inclusión del Derecho a la Ciudad, es decir, el reconocimiento a que todas las personas puedan acceder y hacer uso pleno y por igual de estos espacios; la identificación de las poblaciones que viven en asentamientos informales como un actor; así como el reconocimiento a la transformación que las personas hacen sobre el territorio para satisfacer sus necesidades y ejercer sus derechos -producción social del hábitat- como un insumo para la elaboración de políticas públicas son avances que la organización TECHO recibe con optimismo en la conclusión de Hábitat III y consecuente definición de la Nueva Agenda Urbana.

Pero para que estos puntos se traduzcan en hechos concretos, la organización advierte que aún es necesario profundizar en varios aspectos.  Señala como clave el fortalecimiento de los gobiernos locales debido al rol fundamental que tienen en la implementación de la política pública y ejecución de la Nueva Agenda Urbana. Otro aspecto es la participación. Frente a esto, destaca que hay que diferenciar la participación simbólica o lo que se puede reconocer como espacios netamente de expresión, de aquellos que son espacios de toma de decisión.  La organización señala lo sustancial de que exista un compromiso en la construcción de consensos que permitan alcanzar decisiones con la experiencia y conocimiento desde los diferentes actores que hacen a la realidad, como las poblaciones en los asentamientos informales. Como tercer aspecto, indica el deber de establecer metas “concretas” y “desafiantes”. En este sentido, se explica la necesidad de vincular los Objetivos de Desarrollo Sostenible con la Nueva Agenda Urbana, como manera de garantizar que se canalizarán los recursos necesarios para su concreción.

TECHO estuvo presente en el desarrollo de la Tercera Conferencia sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible de las Naciones Unidas a través de una delegación de noventa personas, entre los que se encontraban líderes y lideresas de asentamientos informales de quince países de América Latina. Para la organización su experiencia se construye desde el territorio, esa es la esencia de TECHO y son esas voces, la de los referentes comunitarios, jóvenes voluntarios y voluntarias, las que buscaron llevar a Hábitat III. De esta manera, los líderes y lideresas arribaron con un pronunciamiento que elaboraron con el título Una América Latina de todos y para todos, que firmaron 1.309 referentes comunitarios de los diecinueve países donde TECHO trabaja.

 

En el camino que recién empieza hacia la implementación de los acuerdos que se acaban de establecer en Hábitat III, la organización asume el compromiso de reconocer a la Nueva Agenda Urbana como un punto de partida para seguir profundizando en el Derecho a la Ciudad como el nuevo paradigma urbano. En la línea de promover e impulsar estos temas, se compromete también a articular con otras organizaciones de la sociedad civil. Al mismo tiempo, participar en el monitoreo de la implementación de la Nueva Agenda Urbana y acompañar la elaboración e implementación de las políticas públicas con impacto en los asentamientos informales.

Para TECHO, el compromiso y la exigencia más firme es a no reencontrarse dentro de veinte años, en Hábitat IV, para hablar de los mismos temas, por los mismos problemas con las mismas intenciones. Los asentamientos informales deben ser una prioridad para los gobiernos de América Latina para superar la situación de vulnerabilidad que sus poblaciones viven, para reivindicar el valor de la experiencia, propuestas y capacidades de sus pobladores y pobladoras y asumir el compromiso real de construir una América Latina de todos y para todos.


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