Después de 5 años de trabajo continuo, la organización de la sociedad civil TECHO realizó instancias de diagnóstico para priorizar las necesidades comunitarias en La Hatt, La Digue, Onaville, Gariche Prince y Royal junto a su habitantes. Proyectos de agua, escuelas plazas públicas y luminaria figuran entre las iniciativas priorizadas por 5 comunidades que agrupan a más de 15 mil personas.
Para asegurar el cumplimiento de los proyectos, TECHO lanzó la iniciativa Muévete con Haití (www.techo.org/conhaiti) que busca recaudar USD$200.000 para ejecutar el trabajo planificado por las comunidades.
“El proceso por el desarrollo es largo, tiene aciertos, caídas y riesgos, pero también hemos podido conocer el potencial y la fuerza del pueblo haitiano. Desde Haití sabemos qué queremos, pero también sabemos que no podemos hacerlo solos. Necesitamos de fondos y trabajo que vaya en apoyo del desarrollo de un Haití”, declara Olson Regis, joven haitiano que partió como voluntario y hoy trabaja como director social de TECHO en Haití.
Dentro de las comunidades, al menos un tercio habita en la zona de Canaán, hasta donde llegaron a partir del terremoto que sacudiera a Puerto Príncipe el 12 de enero 2010. “Me vine después del terremoto. Acá solo había sol, piedras y mucho viento. La tierra estaba completamente seca. La gente llegó y solo tenía una carpa, fue muy difícil así que comenzamos a ver qué hacer porque no había agua ni comida cerca”, explica Ciliene Joseph, líder comunitaria de Onaville, quien, además de trabajar por el desarrollo de la zona, administra una escuela comunitaria, organizada y dirigida por sus propios habitantes.
Pese a que todos ellos viven sin fuentes de luz, agua y saneamiento, han logrado generar espacios participativos, donde más de 80 vecinos se movilizan constantemente, acompañados por voluntarios de la organización, que trabaja en asentamientos informales de todo Latinoamérica y parte del Caribe.
La organización ha movilizado a más de 7 mil jóvenes del país que trabajan como voluntarios en estas comunidades, promoviendo procesos de autogestión y empoderamiento. Jonhson Pierre es parte del equipo fijo que trabaja semana a semana las iniciativas que los vecinos levantan desde sus necesidades, para darle forma a los proyectos que ejecutan en conjunto y que han recibido apoyo de instituciones como el Banco Interamericano de Desarrollo y Unasur.
Jonhson partió trabajando junto a la comunidad de La Digue, construyendo una vivienda transitoria junto a una familia. “Cuando partí, trabajé con una familia que vivía bajo una carpa, con un niño y un bebé. Cuando llovía no podían acostarse, debían quedarse parados”, recuerda y agrega: “Por eso, al futuro, quiero que Haití sea un país emergente. Para eso necesitamos unirnos con voluntad, solidaridad. Meter nuestras cabeza a comprometerse a trabajar en el desarrollo del país”.
After 5 years of continuous work, the NGO TECHO carried out diagnosis instances to prioritize the community needs in La Hatt, La Digue, Onaville, Gariche Prince and Royal together with its inhabitants. Water projects, schools, public squares and lighting appear among the priority initiatives for 5 communities that comprise more than 15 thousand people.
To make sure the projects are carried out, TECHO launched the initiative Move with Haiti (www.techo.org/withhaiti) that seeks to raise USD200,000 to conduct the work planned by the communities.
«»The process towards development is long, has hits, falls and risks but we’ve also been able to get to know the potential and the stamina of the Haitian people. From Haiti, we know what we want but we also know we can’t do it alone. We need funds and work in support of Haiti’s development»», declares Olson Regis, a young Haitian that set out as a volunteer and today is working as a social director of TECHO in Haiti.
In the communities, at least one third lives in the Canaán area, where they arrived because of the earthquake that hit Port-au-Prince on January 12, 2010. «»I came after the earthquake. Here, there was only sun, stones and alot of wind. The land was completely dry. The people arrived and they only had a tent. It was difficult so we started to see what to do because there wasn’t water nor food near»», explains Ciliene Joseph, community leader of Onaville, who, apart from working for the development of the area, runs a community school, organized and operated by its own inhabitants.
Even though they all live without light, water and sanitation, they’ve managed to create a participative space, where more than 80 neighbors are moving all the time, joined by volunteers of the organization, which works in informal settlements throughout Latin America and part of the Caribbean.
The organization has marshaled more than 7 thousand young people from the country who work as volunteers in these communities, promoting, self-management and empowerement processes. Jonhson Pierre is part of the permanent team that works week after week on the initiatives the neighbors come up with from their needs, to shape the projects conducted altogether and that have received the support from institutions such as the Inter-American Development Bank and Unasur.
Jonhson began working with the La Digue community, building a transitional housing unit alongside a family. «»When I set off, I worked with a family that lived in a tent, with a child and a baby. When it rained, they couldn’t lie down. They had to remain standing»», he remembers and adds: «»That is why, in the future, I want Haiti to become an emerging country. For that, we need to come together in will, solidarity to put our minds to committing ourselves to work towards the country’s development»»