Seguimos con atención el paso del Huracán Irma por República Dominicana y Haití, a través de la permanente comunicación con los equipos locales, quienes ya se encuentran a disposición de las autoridades y otros actores de las zonas involucradas. Al mismo tiempo, avanzamos en el lanzamiento de una campaña que permita recaudar fondos para responder a la emergencia.
Los equipos de ambos países permanecen en contacto con las comunidades en asentamientos informales con las que trabajamos, y que son especialmente vulnerables a los estragos que generan este tipo de catástrofes naturales. Una vez más, la emergencia inmediata dejará al descubierto una emergencia anterior, por la falta de ciudades y territorio justos, seguros y sostenibles. Queda así en evidencia las consecuencias de la realidad de desigualdad, que tiene su manifestación más extrema en la situación de pobreza de 104 millones de personas que viven en asentamientos informales en América Latina, y que se ven obligadas a residir en zonas de riesgo y sin la infraestructura mínima necesaria para resguardarse.
También nos solidarizamos con quienes residen en las demás zonas que han sido y se estima que serán afectadas por el huracán. Así reconocemos la importancia de que la ciudadanía se movilice desde sus más diversos rincones. De esta manera, realice sus aportes con la voluntad y convicción que enseñan cuán importante es el involucramiento de todos y todas en la respuesta a estas emergencias, las inmediatas y las anteriores.