Historia de Zélia

Zélia es una lideresa de la comunidad Vila Beira Mar, Río de Janeiro. Ella comenzó cuidando niños en una guardería de la comunidad, y hoy es una referente para los habitantes del barrio, quienes recurren a ella cuando necesitan ayuda y agradecen que ella coordine los proyectos del barrio donde ella hoy ya no vive.

En su vida, criar sola a sus hijos, y vivir situaciones de vulneración de derechos, la impulsaron a compartir lo que a ella le ayudó a atravesar el sufrimiento. Ella cuenta que muchas veces fue discriminada por ser analfabeta, por no saber, por no poder comunicarse de la manera “correcta”. 

Tras conocer a su marido Domingo, y comenzar a trabajar en la guardería en la iglesia, Zélia cambió su rumbo y decidió abocarse al trabajo voluntario. 

En paralelo, Zelia conoció a TECHO lo cual fue fundamental para impulsar el trabajo en conjunto entre TECHO, el voluntariado y los habitantes. También, fue importante tener el respaldo de la organización para concretar los proyectos que primero surgieron como ideas aisladas de ella. Inspirada por personas que la motivaron a ver la vida de manera diferente, Zélia encontró en el trabajo voluntario una forma de luchar por sus derechos. Para ella, estar en Vila Beira Mar es una manera de ponerse en el lugar del otro, compartir y buscar mejorar día a día, enseñando a sus hijos y vecinos a perseguir sus sueños.

«(…) Lucho duro en esta comunidad, en otras, para que la gente entienda nuestros derechos. Sufrí pero logré superarlo todo, ¿entiendes?”

Gracias al trabajo conjunto con la organización, logró transformar la calidad de vida de los habitantes de Beira Mar. Aunque enfrentó desafíos y falta de apoyo para crear espacios comunitarios más allá de la guardería, el respaldo de TECHO fue fundamental para evitar la frustración y superar los obstáculos.

Reflexionando sobre su experiencia, Zélia compartió un consejo profundo:

«Si pudiera dar un consejo sería que la gente mire al futuro con amor propio, siempre con esa mirada de amor, de solidaridad, poniéndose siempre en el lugar del otro. Y valórate, valora todo lo que tienes.»

La historia de Zélia es un claro ejemplo de cómo el voluntariado y la convicción pueden cambiar realidades. Todos tenemos los mismos derechos; mirar hacia otro lado no es una opción.