El pasado 3 de junio, el centro de estudios J-PAL presentó los primeros resultados del estudio “Mejoramiento de la infraestructura habitacional en los asentamientos de Latinoamérica”, que busca medir por primera vez el efecto causal que el programa de construcción de viviendas de emergencia de TECHO tiene sobre quienes las habitan en asentamientos precarios.
Dentro de los resultados, el estudio de J-PAL comprobó en primer lugar, que la satisfacción con la calidad de la vivienda aumentó en quienes participaron del programa de construcción de viviendas de emergencia con respecto de su grupo de control.
El cambio de estructuras construidas en base a materiales de desecho a módulos de madera en México y Uruguay y una estructura de Zinc en el caso de El Salvador representó un salto cuantitativo relevante. Por ejemplo, en el país centroamericano, la diferencia en la satisfacción de la calidad de los pisos fue un incremento de 38.9 puntos porcentuales un 239,1% con respecto de su grupo de comparación; 12.2 puntos porcentuales en Uruguay (38,8%) y de 10.7 en México (un 19,5% más satisfechos).
Sin embargo, el impacto más relevante se observó en la percepción que los encuestados mantuvieron de sí mismos y sus familias una vez construido el módulo transitorio. La satisfacción con la calidad de vida de este grupo tuvo una variación positiva en 21,1 puntos porcentuales en El Salvador, un 41,7% más que quienes no participaron del programa en su fase inicial, en Uruguay fue de 9,8 puntos porcentuales, un 21,8% más satisfechos que el grupo de control y en México fue de 16,6 puntos porcentuales, un 28% .
En El Salvador además se suma un aumento en la percepción de seguridad. Al preguntar si las familias se sienten más seguras dejando la casa sola, la percepción aumentó en 15.9 puntos porcentuales, lo que se traduce en un aumento de un 26,5%, en relación al grupo de control .
Ante estos resultados, Agustín Wolff el director social de TECHO para Latinoamérica, explicó que es una manera de demostrar lo que se ha intuido desde las experiencias en los asentamientos y el contacto constante con sus pobladores. “La medición confirma que las viviendas de emergencia tienen un impacto concreto en la situación de las familias en los asentamientos”, expresó y luego agregó: “Con este estudio podemos confirmar con evidencia científica que la evolución que ha tenido nuestro modelo de trabajo, basado en la organización de las comunidades mediante una labor continua con los voluntarios, es necesaria para superar su situación de pobreza”.
Ryan Cooper, Director Ejecutivo de J-PAL LAC, señaló sobre el estudio: “Es importante preguntar si los programas sociales funcionan en alcanzar los objetivos que se proponen y así saber si tienen un impacto en las vidas de las personas a las que sirven. En este caso, el resultado de este estudio es muy importante, porque muestra que el programa de viviendas de emergencia sí está alcanzando su objetivo de proveer un sentido de dignidad y bienestar para quienes las habitan”.
El estudio, que consideró a 896 Familias en México, 698 de El Salvador y 779 de Uruguay, involucró a dos grupos, uno de control que mantuvo sus viviendas y uno que participó del proceso de construcción junto a los voluntarios de TECHO. La investigación se extendió entre 18 y 27 meses por país y consideró dos periodos de encuestamiento y otras pruebas, para identificar el impacto que podría alcanzar en aspectos como los ya mencionados: materialidad de la vivienda, satisfacción con la calidad de vida y percepción de seguridad, así como salud, acceso a bienes, ingresos. En estos últimos, no se observaron cambios estadísticamente significativos.
La organización TECHO, que trabaja en asentamientos humanos junto con voluntarios y pobladores de la estos espacios, se sometió a la medición de su programa más extenso, que lleva 16 años implementado en Latinoamérica, hoy se aplica en 18 países y ha alcanzado más de 94 mil viviendas de emergencia a la fecha.
Durante la presentación se firmó un acuerdo entre ambas partes, para generar material de relevancia que incida en políticas públicas relacionadas con la superación de la pobreza. Esto, a través del monitoreo y evaluación de parte de J-PAL a los programas sociales que TECHO realiza en los asentamientos en los que trabaja.